Sol y tomates


Sol y tomates en diciembre.
Mientras los centros de las ciudades se fríen con luces que siguen matando a la Tierra.
Notas mal entonadas de niñas que cantan lo mismo que sus bisabuelas cantaban.
Preocupadas porque les recuerdan que los magos tienen mil ojos y todo lo ven.
El drama de la posibilidad de quedarse sin regalos.
Regalos de obediencia, extrema en estos días.
Si ya de pequeña te enseñan que la obediencia se premia con regalos materiales de seres mágicos,
cuya única preocupación es que los niños hagan todo lo que se les ordene sin rechistar.
¿Qué podemos esperar al crecer?
Menos mal que luego pasa la navidad.
Las nuevas amenazas se tienen que improvisar.
Aunque todas funcionan igual.
La obediencia se premia con lo material.
La desobediencia se castiga con lo espiritual.
Así crecemos.
En esos adultos nos convertimos.
¿Cómo nos vamos a querer?

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