La
palabra “coja” que tanta controversia genera, y algunas heridas
abre,
viene
de mi rebeldía adolescente.
En
aquella época pasábamos de ser “inválidos” a “discapacitados”.
En
plan súper guay, llegamos a ser “minusválidos”.
Eran
los 80 y su revolución social. Antes fuimos “subnormales”.
Yo
harta de tanto rollo decidí lo de coja.
Y
no solo yo, cualquier otro,
fuera
cojo, ciego, mudo o sordo.
Si
tengo que referirme a nosotros como colectivo y nuestras
reivindicaciones somos cojos.
Si
hablo de mi, soy María.
Ahora
nos llaman “diversos”.
Me
quedo con mi rebeldía adolescente aunque crezco.
No
quiero perderla nunca, no quiero olvidar lo que importa.
Que
por supuesto ante todo somos personas.
Y
ojalá algún día tenga que dejar de usar esa palabra,
porque
significará que por fin,
nuestros
derechos se respetan y no es necesario distinguir.
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias 😊
Por estar, por leerme y encima dedicar un ratito de tu vida más para compartir tu opinión y tu sentir.
Todo mi amor 💕