Bolsillos vacíos


Llegué con los bolsillos vacíos y un alma a rebosar.
Paisajes y bichos se arremolinan en mis entrañas
dejándose llevar.
Los humanos me cuestan un poquito más.
Aunque también los amo.
Amo su debilidad que es la mía.
Me desgarro cuando la impotencia me atenaza la garganta
y las injusticias se amontonan en mis hombros agotados ya
de tanto sostener.
Peco de paciente cuando las puertas se cerraron hace demasiado tiempo.
A veces veo una luz en el horizonte torcido.
A veces la sigo.
A veces me quedo.
Casi siempre me voy.

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