Menos mal que los cachitos



Menos mal que tus cachitos,
me dijo,
porque hablar, hablas poco de ti.
Es cierto.
Me cuesta bastante expresar mis emociones en la comunicación verbal.
Me gusta mucho más escuchar.
Recuerdo que cuando me preguntaban por mi hobbie,
yo respondía “mi hobbie es la gente”.
Me encanta escuchar las historias de las demás.
Conocer sus sentimientos, su forma de pensar y razonar.
Sus vidas y sus circunstancias.
Así aprendo tanto.
Además supone una fuente infinita de inspiración para vivir y escribir.
La gente fácilmente me confía sus secretos mejor guardados.
Será porque saben que van a ser escuchados desde el cariño y el respeto.
Yo los recibo como el tesoro que son.
Infinitamente agradecida a vuestros cachitos
que forman también parte de los míos.

Comentarios