Algo personal



Había una vez una casa muy grande
construida por corazones llenos de mundo nuevo.
La casa se llegó a llenar con casi 40 familias sin casa.
Vecinas y amigas creamos una gran familia.
Luchamos para evidenciar y erradicar
el sinsentido de existir casas sin gente y gente sin casas.
A esa casa la llamamos Utopía.
Desde el principio, empezaron a llegar
las herramientas del sistema a pudrirlo todo.
Partidos políticos de todos los colores,
carcomiendo el sueño.
Incluso el aún oculto Podemos hacía sus tejemanejes ya.
Porque no, Podemos no era el 15M, ni lo será jamás.
Al final, lo último que importaba era el bienestar de las familias sin casa.
Los de los partidos, no conocían ni sus nombres ni sus vidas ni sus necesidades.
Dos años casi, aguantaron sin luz, sin agua y desde luego sin miedo.
No sé cómo lo hicieron.
Muchas cayeron por el camino, normal.
Unas cuantas extraterrestres resistieron el envite
y solo salieron cuando miles de furgones de policía aparecieron
a echarlos con sus niños y sus bichos.
Ayer hizo cuatro años desde que el terror desalojó la Utopía.
Hoy vuelvo a ver más de lo mismo.
L@s coj@s de polio unidos por las redes,
han sido objeto de las garras de la putrefacción.
Y unas cuantas, se dedican a hacer campaña electoral
por grupos que solían tratar emociones y situaciones comunes.
Se me parte el alma, no lo puedo evitar.
El sistema vuelve a actuar, y no dejará de hacerlo.
Utilizan colectivos machacados por una u otra razón,
que se empiezan a unir.
Se meten en sus entrañas, dividen y vencen.
Las familias utópicas se quedaron sin casas y desunidas.
Muchas casas siguen vacías y más gente de la cuenta,
sigue sin vivienda digna.
¿Qué será de nosotr@s cuando terminen de exprimir
todo lo que necesitan para sus campañas, sus fotos y sus votos?
Por favor, por lo menos, la unión.
Que somos demasiao bonicos para que nos terminen de romper unos cuantos.
Claramente entre esos tipos y yo,
hay algo personal.

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