Recuerdo
la pregunta eterna
“ Eso
de la polio… ¿se cura?”
Qué
va, así me quedo.
“¿Y
puede ir a peor?”
No,
al menos eso no.
Igual
al envejecer me afecta un poco más que a otras,
por
el tema de la descalcificación, pero poco más.
El
virus llegó con la vacuna, me paralizó,
me
recuperé todo lo que pude, y chimpún.
Pues
no, estaba equivocada.
También
lo estaban todos los especialistas que me trataron durante tantos
años.
Entre
30 y 40 años después de haber sido infectada por el virus,
este
se hace fuerte y ataca de nuevo.
A
esta putadilla se le conoce como Síndrome Post Polio.
Quienes
lo conocen, que no son muchos,
y
por supuesto, ninguno de los especialistas que hoy en día me tratan.
Así
que la mayoría de las supervivientes al virus en el primer envite,
nos
vemos ante una nueva prueba de supervivencia y superación años
después.
Más
mayores, más cansadas, sin embargo, afortunadamente más sabias
también.
Moraleja:
disfruto cada instante que tengo,
todo siempre puede ser mucho peor.
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