Me siento en mi porche.
Mis gatos y el ordenador delante.
Las gotas de lluvia
golpean serenas
la tierra reseca.
Mucha ruina en los campos.
Los pozos se secan.
Los humanos no acabamos de enterarnos
de qué va el rollo.
Como no decidamos querernos
a nosotros mismos
y a todo cuanto nos rodea
nos vamos a la mierda.
Leyes locas.
Mundo del revés.
Discriminaciones aleatorias.
Almas sin atender.
Caras de prisa y desazón
inundan ciudades
a tope de polución.
Aquí, en el mar,
la gente sonríe más.
Las almas se calman
y conectan cuando miran
más allá.
Es solo un momento,
quizás.
Lo suficiente para volver al tráfico,
el bullicio
y al pánico que vende la televisión.
Los pájaros cantan felices.
Las plantas se elevan hasta dios.
Ahora que por fin,
el invierno llegó.
Leonor
ResponderEliminarQue bonito todo lo que escribes... Se nota que son palabras salidas del corazón, porque solo así es cómo salen los escritos tan bellos como los tuyos.
Un abrazo en la distancia aunque cercano gracias a estas ondas o lo que sea 😊
Muchísimas gracias por tus lindas palabras. Son caricias para mi alma.
EliminarUn millón de abrazos para ti!