Todo está en paz



Ayer se llenaron los bares.
Mientras muchos corrían a beber,
yo volvía sedienta a lo natural.
El campo en toda su explosión
sin la plaga humana.
Una cigüeña me ayudó a reconectar
con mi alma confinada.
El gozo que sentí,
no lo puedo contar con palabras.
Vuelve la vida a mi.
Salí para sobrevivir
y poco a poco vuelvo.
Bendito sea lo que me ayuda a resistir.
Abro la puerta a la paz que me habitaba
antes del desbarajuste.
La abrazo agradecida,
como al niño que no entiende nada
y todo sabe.
Ayer la cigüeña me recordó que la vida
es mucho más.
Que dentro, muy dentro,
todo está en paz.

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