Convivir

Convivir implica construir

un nosotros.

En ese nosotros

el equilibrio se puede mantener

siempre y cuando no olvidemos

el tú ni el yo.

Parece un trabalenguas

y a veces lo es.

Especialmente después de haber estado

muchos años a tu rollo,

haciendo y deshaciendo

sin preguntas ni explicaciones.

Esta es la primera vez en mi vida

que construyo una relación de pareja sana.

Supone un aprendizaje constante.

Un cuestionamiento profundo de mí misma.

Arreglar los cabos sueltos

dentro de mí,

que solo salen a la luz

cuando compartes vida

con otro humano.

Renuncias a algo antiguo

mientras recibes savia nueva.

Compartir sin traicionarte.

Tenerte en cuenta y también al otro.

Conocerte profundamente

para saber hasta dónde

puedes y quieres llegar.

Establecer límites personales y conjuntos

para saber a qué atenerte.

Es todo un máster.

Y merece la alegría.

Porque cuando rompes tus barreras,

eres siempre más libre.

Ir más allá de una misma

sirve para cuidar aquello

que tanto te importa.

A ti, al otro.

48 años me ha costado estar

en este nuevo lugar.

Me encanta.

Lo celebro.

Lo agradezco tanto.

Encima junto al mar.

¿Se puede ser más afortunada?

Comentarios