Llevo unos días muy cansada.
Agotada,
extenuada.
Mal cuerpo,
dolor generalizado.
En estas circunstancias, curiosamente,
me entran muchas ganas de sexo.
Es como si el cuerpo buscara sus recursos naturales
para sanar.
Medicina de serotonina.
Me trae recuerdos de cuando estaba tan mal,
que me saltaba mis propias normas de la moral.
Fue en aquellos años
en los que no encontraba consuelo
con ninguno de los mil medicamentos
que la inseguridad social me proporcionaba.
Estaba tan desesperada.
Ligaba entonces por internet,
que era de lo poco
que podía hacer desde casa.
Ya conocía mi medicina natural,
e intentaba proporcionármela.
Siempre había tenido mis límites,
como por ejemplo,
los hombres comprometidos
en otras historias.
Sin embargo aquella racha,
fue de saltarme todas las reglas.
Tenía cuatro amantes a la vez.
Uno casado.
Otro con novia.
El tercero recién divorciado.
Y del cuarto, pobre,
ya ni me acuerdo.
Estoy segura de que eran cuatro.
Hacía turnos de mañana,
tarde y noche
para evitar que se encontraran.
Una locura, que curaba.
Duró poco.
Demasiado lío para el alivio.
En estos días sin fuerzas en el paraíso,
recuerdo aquellas historias y sonrío.
Vuelvo a utilizar mi fuente medicinal natural,
esta vez con mi compañero de vida.
Más fácil.
Más placentero.
Más adecuado a estos nuevos tiempos.
El sexo no sé si cura,
pero sé que alivia.
Si tienes la oportunidad,
ya sea en soledad
o con compañía,
prueba y me cuentas.
Agotada,
extenuada.
Mal cuerpo,
dolor generalizado.
En estas circunstancias, curiosamente,
me entran muchas ganas de sexo.
Es como si el cuerpo buscara sus recursos naturales
para sanar.
Medicina de serotonina.
Me trae recuerdos de cuando estaba tan mal,
que me saltaba mis propias normas de la moral.
Fue en aquellos años
en los que no encontraba consuelo
con ninguno de los mil medicamentos
que la inseguridad social me proporcionaba.
Estaba tan desesperada.
Ligaba entonces por internet,
que era de lo poco
que podía hacer desde casa.
Ya conocía mi medicina natural,
e intentaba proporcionármela.
Siempre había tenido mis límites,
como por ejemplo,
los hombres comprometidos
en otras historias.
Sin embargo aquella racha,
fue de saltarme todas las reglas.
Tenía cuatro amantes a la vez.
Uno casado.
Otro con novia.
El tercero recién divorciado.
Y del cuarto, pobre,
ya ni me acuerdo.
Estoy segura de que eran cuatro.
Hacía turnos de mañana,
tarde y noche
para evitar que se encontraran.
Una locura, que curaba.
Duró poco.
Demasiado lío para el alivio.
En estos días sin fuerzas en el paraíso,
recuerdo aquellas historias y sonrío.
Vuelvo a utilizar mi fuente medicinal natural,
esta vez con mi compañero de vida.
Más fácil.
Más placentero.
Más adecuado a estos nuevos tiempos.
El sexo no sé si cura,
pero sé que alivia.
Si tienes la oportunidad,
ya sea en soledad
o con compañía,
prueba y me cuentas.
Comentarios
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Muchas gracias 😊
Por estar, por leerme y encima dedicar un ratito de tu vida más para compartir tu opinión y tu sentir.
Todo mi amor 💕