Mi relación con las vacunas comienza a los 5 meses de edad.
En ese momento me pusieron la segunda dosis
de la vacuna contra la poliomielitis.
Y así fue como me infecté con el virus de la poliomielitis.
No sé si entonces me pusieron alguna vacuna más.
En los años 70 no se vacunaban a los niños
a diestro y siniestro como ahora.
Sé que de adulta, me invitó mi médico de familia
a vacunarme contra la gripe,
ya que siempre andaba con el sistema inmunológico a lo justo.
Me vacuné y pillé una de las peores gripes de mi vida.
Con fé “en la medicina y la ciencia”,
y algo de imprudencia,
volví a repetir al año siguiente.
Nuevamente, otra gripe virulenta tras la vacuna.
Desde entonces nunca jamás.
¿Anti vacunas?
Pues sí, lo seré.
Puritita experiencia.
Desde entonces investigué algo al respecto,
y dejé de hacerlo por lo que implica todo esto.
Muchos intereses,
mucho dinero,
más manipulación.
Creer que una vacuna te protege
es cuestión de fé,
no se puede demostrar.
En mi caso, saber que una vacuna te infecta,
y no una, sino tres,
es un hecho.
Somos muchas con experiencias similares,
y excusas absurdas
justificando lo injustificable.
Allá cada cual,
pero a mi que me dejen en paz.
Sus intereses no son los míos.
Solo quiero
vivir tranquila
el resto.
La ignorancia es muy osada
ResponderEliminarTe puedes explicar un poco mejor? Gracias!!
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