Etiquetas


 







Mientras crecía las etiquetas eran todas parecidas:

coja, inválida, minusválida.

Más adelante, comencé a contar

que creía en el ser humano y en el amor.

Pasé a ser anarca, anarquista.

Durante el 15M, me llamaron

activista y perroflauta.

Hoy en día, negacionista.

Y claro, yo flipo.

Porque soy la misma,

con distintas etiquetas,

según los ojos con los que me miran.

Supongo que etiquetar a lo diferente,

hace sentir más seguro a quien no siente igual.

Poner nombre a lo que no comprenden.

Estigmatizar a quien piensa distinto.

Encasillar a un grupo heterogéneo.

Cuánto mal hacen los “istas”, los “ismos”.

Soy María.

De toda la vida.

Siento como siento,

veo lo que veo,

vivo como vivo.

Si te asusta no me etiquetes.

No voy a hacerte daño por pensar así.

Sólo voy a elegir mi camino,

como tú el tuyo.

Vamos a mirarnos a los ojos.

Conectemos las almas.

Vibremos juntos en la frecuencia del amor.

Sin etiquetas.

Sin miedo. 

Comentarios