Tuve las olas acariciando mi alma.
Rodeada de sentido común y amor,
pasé lunas y soles inolvidables.
Viento
susurrando palabras de consuelo.
Y aún así, sigo sin remontar.
La rabia arremolinada en las entrañas.
Aprendí desde muy pequeña a retenerla,
y ahí se queda.
Me faltan las herramientas para sacarla
y gestionarla.
Las busco,
no dejo de buscarlas.
El sinsentido siempre me ha podido.
Ahora, cada vez que asomo la nariz fuera de mí,
solo veo el mundo más del revés.
No sé, no aprendí a vivir así.
Siento que vuelvo a reinventarme para sobrevivir.
Esta mañana recibí un mensaje
con forma de lametón en el alma.
Me animó a seguir, a escribir,
a continuar sacando fuera de mi.
Así mis cachitos cobran vida y sentido.
Aquí vuelvo, medio rota todavía.
Asomando la patita.
Gracias por estar,
aunque no esté.
Decicado a Rosa,
mi lectora favorita.
Te quiero María! Gracias <3
ResponderEliminarGracias a ti preciosa! por tanto, por todo!
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