Más amor. Más compasión.


Seguimos confinadas.
Según parece, nos queda un rato.
Es momento de plantearse un cuidado personal profundo
para mantener la salud.
Más allá de lavarse las manos,
quizás lavarnos el alma también.
Constantemente recibo sentimientos negativos de los unos contra los otros.
Es importante recordar que el responsable de esta situación no es tu vecino que sale a correr.
Los juegos del poder con los virus existen desde hace tanto tiempo.
Todos los que conozco han supuesto una gran fuente de ingresos,
para los de siempre.
Si quieres buscar responsables, mira un poco más allá.
Sin embargo, la ira y el rencor tampoco ayudan a sanar.
La salud es mucho más que un virus que nos puede matar.
El corazón tiene que estar tranquilo.
En mi opinión, es momento para dejar crecer el amor que habita en nosotros
y que el ritmo de la vida del consumo y la competitividad no permitían desarrollar.
Es la hora de querernos un poco más.
De comprendernos, porque nadie sabe nada de las necesidades de las demás.
Quizás tu vecino sale a correr para no enloquecer.
Es mejor mirar dentro de cada una de nosotras,
qué es lo que podemos mejorar.
Las situaciones duras son oportunidades para crecer,
no me cansaré de repetirlo.
Lo aprendí desde el dolor.
Ahora puedo compartirlo.
Más amor. Más compasión.
Mirar con amor al cielo y a los demás.
Conectar con la esencia en estos momentos,
es fundamental.
Más amor.
Más compasión.
Por favor.

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