Hoy hace cuatro años



















Hoy hace cuatro años que te ayudé a pasar al otro lado.
No me podía ni imaginar que un duelo podía doler y durar tantísimo.
Hoy es el primer aniversario de tu partida que no me parto en dos.
Por supuesto te sigo echando de menos,
y no hay un solo día en el que tu nombre o tus recuerdos
no lleguen de una manera u otra a mi vida.
Fuiste la primera en llegar cuando aún mis puertas estaban cerradas.
Las ibas abriendo con paciencia y cariño.
Y esa personalidad tuya tan singular.
Desde luego, nunca pasaste desapercibida.
Mi Luna, mi niña.
Si escribo tu nombre los ojos se me humedecen.
Fuiste la primera en enseñarme a amar de verdad.
A ti te debo ser hoy mejor persona
que cuando apareciste en aquellas condiciones deplorables.
¿Cómo se puede hacer daño a un ser tan vulnerable?
Temblabas de miedo.
Los humanos no habían sido para ti buenos compañeros.
Las quemaduras de cigarrillo en tu tripa lo atestiguaban.
También todo lo demás.
Y a pesar de eso, pudiste amarme.
Regalarme el tesoro de saber querer.
Y enseñarme a aprenderlo.
Hoy hace cuatro años desde que te dije hasta pronto.
El día de emociones más fuertes de mi vida.
Por un lado la paz de tu descanso.
Por otro el desgarro de la ausencia de tu cuerpo.
Y aunque ya no me parto, aún me queda llanto.
Te quiero y te siento muy dentro.
Sigues acompañándome, sigues enseñándome.
Sé que algún día, nos veremos de nuevo.
Mientras tanto seguimos unidas,
tú allá, yo acá.
Luna de mi alma.
Gracias.

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