En esta tierra
me sostiene
una pierna
con apenas fuerza.
Mi apoyo es
un pie equino,
pequeño
y dolorido.
El otro pie cuelga
de una pierna inerte.
Es más pequeño aún
y cuando lo tocas
duele.
La pierna izquierda,
la de la poca fuerza,
está medio reventada.
Lleva casi 50 años
encargándose de todo.
El tronco retorcido
aguanta
gracias a hierros
y alambres
que le colocaron
en mi adolescencia.
Mis abdominales sujetan
lo justo para no doblarme.
No puedo contar con ellos
ni para incorporarme.
Los brazos,
¡ay los brazos!
Benditos sean
que me salvan la vida.
Cumplen la función
de piernas,
abdominales,
dorsales
y brazos.
Su pluriempleo,
con la edad,
también lo pago caro.
Raro es el día que paso
sin molestia alguna.
Las manos son
mis grandes aliadas.
También están las pobres,
medio acabadas.
Y con este cuerpo,
vivo.
Con este cuerpo,
respiro.
Con este cuerpo
amo,
sufro
y resucito
una y otra vez.
Este cuerpo alberga
un alma
de amor infinito.
Menos mal
que desde muy niña,
aprendí a volar.
Muy alto,
muy lejos.
Allá donde
las almas
van
sin cuerpo.
Allá
donde
el amor
reina.
Eres una campeona. Love you😘😘😘
ResponderEliminarTotalmente identificada contigo, así estoy yo
ResponderEliminarDuro, sensible, real, precioso. Gracias
ResponderEliminarPreciosa reflexión donde me veo reflejada totalmente, desde aquí mi granito de arena para seguir con esta lucha hasta el final de nuestros días.
ResponderEliminarExtraordinaria y dolorosa descripción, me ha conmovido a lo más profundo, cuanto compartimos...
ResponderEliminarCómo sabes describir nuestros doloridos cuerpos
ResponderEliminarAlgo inevitable que nos tocó vivir...
ResponderEliminarPero que no queda otra más que seguir....
Abrazo a todos mis queridos hnas polio!!!