En estos momentos siento mucha rabia e indignación.
Muchos de vosotros vais a entenderme perfectamente
cuando me explique.
Otros conoceréis una parte de la vida
que normalmente no tenéis que transitar.
Hace más de un año solicité
una nueva scooter a la neuróloga.
Ella me hizo la receta de silla de ruedas eléctrica sin problema,
ya que la scooter no la receta la Seguridad Social.
Hasta ahí, ya habría mucho que contar,
pero voy a dar la premisa por buena,
que si no no llego al final.
La receta hay que entregarla en un lugar
que se llama “prestaciones ortoprotésicas” ,
los amos del calabozo.
Los que visan la receta
para que puedas ir con ella
a la ortopedia que elijas
y recibir tu producto de primera necesidad.
Pues esa receta nunca me la visaron.
Al tiempo hablé con el departamento
y me dijeron que estaba denegada,
que mi neuróloga me informaría.
Nadie más me dijo nada
ni me dio ninguna información por escrito.
Cursé reclamación al SAS
y aún no he recibido respuesta.
Tuve una nueva cita con un neurólogo
que me explicó que aunque no pueda autopropulsarme en la silla,
con la poca fuerza que tengo en las manos,
es suficiente para que me denieguen la eléctrica.
Así que me recomendó que solicitara una manual buena,
que es lo que uso en casa para desplazarme.
Así lo hice.
Y en las mazmorras, me vuelven a denegar el visado,
esta vez alegando que el Hospital Virgen del Rocío
no es mi centro de referencia.
A pesar de que todos los especialistas que me ven están ahí.
Cuando me han llamado para contármelo
me ha entrado tanta rabia
que he sentido que podía enfermar.
Por eso estoy aquí delante de las teclas
para compartirlo una vez más.
Para sacar fuera lo que me oprime dentro.
Porque nuestras ruedas son una necesidad y un derecho .
Y estoy harta de tener que pagar por todo lo que necesito,
las muletas, la órtesis, las scooters….
Todo, absolutamente todo
lo pago yo.
Estoy cansada de pelear también.
Cuando era más joven estos asuntos
eran una mecha que encendía mi alma de guerrera.
Ahora me siento débil.
Me fallan las fuerzas para reclamar lo que me pertenece.
Lo que nos pertenece.
Lo que nos roban una y otra vez.
Gracias por leerme.
Ahora me siento mejor.
Seguro que tienes una y mil historias
para compartir tú conmigo también.
Que no nos enferme la rabia y la impotencia
provocadas por tanta injusticia cotidiana.
Sólo respira hondo y sigue la lucha ,no te permitas empeorar tu situación ,que dar el gusto a un sistema cruel e injusto ,es lo que pienso cada vez que me toca volver a pasar por lo mismo
ResponderEliminarAsí mismo es, ya se agotan las fuerzas, con tanta injusticia. Pero lo último enfermar por irritarnos.... Ánimo bonita!!! Besazo.
ResponderEliminarMaria ánimo no te vengas a bajo que tu eres una guerrera de cojones¡¡ Te quiero y te mando mi energía de siiii podemos¡¡¡¡💪🦵
ResponderEliminarMaría, en Galicia primero vamos al médico de cabecera que nos da un volante para el médico rehabilitador, y con ese volante nos dan la cita para el médico rehabilitador en ventanilla. Hace tiempo, a los que teníamos los brazos más o menos bien, nos ponían pegas para darnos las eléctricas, pero a base de mucha lucha, se fue consiguiendo y ahora ya las dan sin mayores problemas. Pero aquí no vamos a especialistas, sino del médico de cabecera al médico rehabilitador. No sé cómo será en tu comunidad
ResponderEliminar