Ahora sí que sí.
Llega el último día de mi etapa por aquí.
Algo más de 23 años por estas tierras
que me vieron crecer.
Siento algo que me cuesta describir.
Es una despedida dulce la mía,
casi como si no me fuera a ir.
Pero me voy.
Me voy a mi mar
por fin.
Aquí dejo el hogar que me acogió
cuando aún no sabía amar ni volar.
Entre estas paredes pasé días infinitos de soledad.
Aprendí a quererme
y a aceptar la vida que venía.
Aprendí a disfrutar de mi,
a no necesitar compañía.
Aprendí a convivir en comunidad
sin enloquecer ante tanto desatino.
Aprendí a sobrevivir en el asfalto
resquebrajado por el calor y el frío.
Aquí enfermé y sané
más de mil veces.
Lloré
y reí a mandíbula batiente.
Conocí mil historias.
Aquí siempre miro al cielo
buscando consuelo.
Busqué malezas donde perderme.
Para luego encontrarme desde la raíz.
Fui rebelde.
Fui sincera conmigo misma.
También me engañé en muchas ocasiones.
Esto es una despedida.
Donde no puedo evitar dar las gracias.
Y aunque mi alma se encoge un poco
estoy muy ilusionada ante mi nueva vida.
No siento miedo ni vértigo.
Solo agradecimiento.
El cielo es muy azul hoy.
Anoche llovió.
Me llevo las risas de los niños
tatuadas en las entrañas.
Me llevo los recuerdos
de mi Luna y mi Cara.
Me llevo las chácharas de barrio
con tanta gente bonita.
Me llevo el amor,
guardado en un bolsillo.
Me llevo la emoción
que me provoca esta despedida.
Y vuelvo a agradecer una vez más.
Que me enseñaron
que
eso
es
de
bien
nacida.
Has aprendido, disfrutado, sufrido pero sobre todo " vivido". Lo describes muy bien, pues a...
ResponderEliminarA seguir Aprendiendo y Viviendo...
Mucha felicidad para tí, bomboncito
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