Cuando dejamos de esperar

 

Cuando dejamos de esperar

que las cosas cambien

es cuando todo empieza

realmente a cambiar.

Cuando tomamos las riendas de nuestra vida

es cuando la vida empieza a ser

lo que queremos que sea.

Estamos demasiado mal educados

en la “voluntad divina”.

No es suficiente la fé.

En mi opinión también

hay que tomar la iniciativa.

Estar a expensas de lo que nos digan,

de lo que nos manden,

de lo que decidan,

nos hace tremendamente

vulnerables y obedientes.

Nos cercena la capacidad de decisión.

Los errores cometidos

por nuestras propias decisiones

no son tales.

Son solo parte del proceso de aprendizaje.

La libertad implica cagarla también.

Sin embargo, el seguir esperando

a que algo cambie desde fuera

nos anula como seres humanos.

Mejor pensar,

decidir

y actuar

por nosotros mismos.

Mejor amar.

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