Benditas hormonas

 Un día estoy pletórica

y al día siguiente sumida

en la más profunda melancolía

y tristeza.

Sin causa aparente.

Busco y rebusco

y sólo encuentro desolación

en las esquinas de mi corazón.

Mis lágrimas se funden

con las olas de mi mar.

No hay razón aparente.

O sí,

porque puede ser

que todo lo que voy superando

explote dentro de mí a la vez.

Me miro al espejo y veo un granito

de punta blanca en mi barbilla.

Los ovarios me duelen,

los riñones también.

Poco a poco empiezo a atar cabos….

Las hormonas vuelven a jugármela.

Tengo la sensación

de que cuando vamos dejando de menstruar

se parece a cuando empezamos a hacerlo.

Vuelven los dolores,

el descontrol de fechas

y la revolución emocional desenfrenada.

Me acerco a los 49

y tiene toda la pinta

de que la menopausia me acecha.

De joven siempre deseaba dejar de tener la regla.

Ahora no estoy tan segura,

porque soy conocedora de lo mucho que nos ayuda.

Pronto supongo que toda esta revolución se acabará.

Camino hacia una nueva etapa de mi vida.

Dejando atrás lo que no sirve.

Recibiendo amorosa lo que llega.

Benditas hormonas que me regalan

el desconcierto de la tristeza sin desconsuelo.

Benditas hormonas que ayudan

a que siga teniendo calcio en mis huesos.

Benditas hormonas que me han regalado

miles de noches y días

de pasión desenfrenada.

Benditas hormonas

que vais desapareciendo de mi vida.

Gracias por todo lo que me dais.

Os seguiré acompañando

hasta que decidáis partir

a un lugar mejor.

Comentarios