Tú sí, tú no.

 Ayer hablando con una amiga, 

me contaba que con la vacuna 

le habían crecido las tetas, 

se le había adelantado la regla, 

tenía vómitos 

y cagaba verde. 

Le pregunté porqué se la puso, 

y me explicó que fue por el miedo a las restricciones 

y a no poder hacer lo que quisiera. 

Apenas tiene 20 años. 

Esa misma noche, me encontré a otra,  

que me explicaba en voz bajita, 

cómo había tenido que ver a su hija, 

que vive en otro país, y ninguna de las dos, 

se quieren vacunar. 

Tenía miedo a que la escucharan, 

para que no la puedan juzgar. 

Hace un tiempo, recibí un mensaje de una compi de las redes, 

preguntándome mi opinión sobre la vacuna, 

ya que ella no se quería vacunar, 

puesto que su polio fue a causa de otra. 

Se sinceró y me explicó que estaba sufriendo un rechazo social 

entre su círculo de amistades brutal 

por su decisión libre de no inyectarse. 

No se atrevía a decir la verdad. 

Mi cuerpo y mi vida han estado desde los 5 meses de edad 

condicionados por las secuelas que provocó en mi 

la segunda dosis de la vacuna contra la polio. 

Parálisis, dolores y limitaciones sin fin. 

Muchas personas en general, 

cuando me hablan de su actual pinchazo, me dicen, 

“afortunadamente, no he tenido consecuencias, 

solo me duele el brazo bastante, 

y un poco de fiebre al día siguiente”. 

Y yo flipo. 

Y lo tengo que escribir. 

No voy a decirle a nadie lo que tiene que hacer. 

Pero tampoco quiero que me lo digan a mí, 

alegando una falsa solidaridad que ni siquiera ejercen con su propio cuerpo.  

Me gustaría que todo este tema pudiera ser llevado con libertad y empatía.

Que quien lo desee, use máscara,  

se inyecte, 

o se encierre. 

Es su libertad personal, 

y no voy a ser yo quien lo juzgue.

Pero esta campaña de estigmatización 

contra quien piensa y siente diferente, 

es lo más parecido al apartheid que he vivido. 

Y no me gusta. 

Y si puedo hacer algo por cambiarlo, 

aunque solo sea escribir estas letras 

y abrir una ventana o una puerta en tu mente, 

pues lo hago. 

Me duele que los humanos estemos enfrentados 

por los intereses de unos cuantos. 

Somos hermanos. 

Vamos a querernos. 

Vamos a respetarnos. 

Que cada cual elija su camino, sin dañar a nadie. 

Que somos hermanos. 

Vamos a querernos.

Vamos a respetarnos. 

Gracias. 



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