A los pocos días
de morir nuestro Goli,
Manta, tu mamá,
te trajo a casa.
Tenías apenas tres meses
y ya eras giganta.
Poco a poco
nos fuiste enamorando.
Vives libre por el barrio.
Vas y vienes
con tu madre
o a tu rollo.
Así que después
de demasiado tiempo
y varias aventuras,
por fin podemos decirte,
¡bienvenida Chewi!
Eres la alegría.
Eres amor.
Eres la reencarnación
de todos aquellos que amé.
Nuestro vínculo
va más allá
de lo que podemos ver.
Perrita adorable.
Tus ojos todo lo saben.
Te amo tal cual.
Libre.
Asumo el riesgo
de perderte.
No podría retenerte.
Aquí tienes tu hogar
cada vez
que te apetece volver.
Aquí te esperamos
llenos de mimos
y amor.
No te busqué.
Sin embargo
ahora que estás
ya no imagino
la vida sin ti.
Gracias
por llenar tu hogar
de risas y ternura.
Gracias
por habernos elegido.
Gracias Manta,
por el regalo.
La vida
y
sus sorpresas.
Cuando
menos
te
lo
esperas.
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Muchas gracias 😊
Por estar, por leerme y encima dedicar un ratito de tu vida más para compartir tu opinión y tu sentir.
Todo mi amor 💕