Me faltan

Me faltan mis cachitos.

Cuando llevo tiempo sin escribir

las emociones se me agolpan

en las entrañas.

No he encontrado mejor terapia

a lo largo de mi vida

que sanar soltando letras.

Eso y el mar.

Ahora que estoy viviendo momentos vitales

tan intensos

siento cuánto necesito sacar

lo que llevo dentro.

Apenas tengo tiempo libre

para dedicar a teclear

delante de la pantalla en blanco.

Mis hormonas están viviendo una revolución.

Si nos cuentan poco de la regla,

menos aún hacen sobre la menopausia

y la peri menopausia.

Menos mal que una es de aprender y preguntar.

Así entiendo algo de lo que me está sucediendo.

De repente tengo ciclos de 21 días en lugar de 28.

Sin embargo las emociones revueltas

suceden tanto a los 21 días como a los 28.

Un día estoy pletórica de felicidad

y al siguiente la tristeza se instaura

en lo más profundo de mi ser.

Hoy me enfado,

mañana soy puro amor.

Siento como si antes de irse del todo,

mis hormonas quisieran hacer la fiesta final.

La traca de despedida.

Todo esto sucede mientras busco un hogar

para quedarme definitivamente junto al mar.

Después de probar vivir por aquí,

me da pavor volver junto al hormigón.

Ya solo quiero viento acariciando mi piel.

Sal en mis entrañas.

Y cómo no, una vez más vuelvo a sentirme mejor

después de vaciar parte

de lo que enturbia.

No sé cómo os puede interesar leerme.

Pero quiero deciros que me siento muy agradecida

al sentiros tan cerca de mis palabras.

A menudo siento que cuando escribo,

os abrazo,

os acaricio.

Un placer compartirme

en tan buena compañía.

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