El amor, que no nos falte.

 

Hace unos días estaba llena de rabia,

ansiedad y tristeza.

Observar el mundo desde un lugar sin manipulación mediática

resulta a veces desesperante.

Sentir cómo vamos perdiendo derechos y libertades

puede llegar a ser muy frustrante.

Sin embargo, la vida siempre te recuerda lo que es.

De un solo golpe, te arrebata lo que creías constante.

Y todo cambia.

Y ya nada es tan importante.

Desaparecen la rabia y la ansiedad.

Permanece solo la tristeza.

Y el amor,

que no nos falte. 

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