Casi al borde del precipicio

 Casi al borde del precipicio,

volví a salvarme la vida.

Lo natural me sostiene.

Mares y montañas haciendo el amor

a la sombra de árboles mágicos.

Aguantar el aliento mientras pasa el huracán.

Y volver a volar.

Una vez más.













Con las alas de siempre,

los colores más brillantes.

La niña de luz me dio la purpurina que me faltaba.

La niña que también soy yo

mirándome en su espejo.

Cuando correr ya no es necesario.

No queda ningún lugar donde huir.

Me quedo en mi caparazón sanador.

Me vuelvo del revés cada vez que hace falta ser.

No voy a permitir que me asfixien.

Que nadie más me quite el aire que me da la vida.

Desobedecer para salvarme.

Respirar para vivir.

Y jugar.

Y cantar. 

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