Tengo la movilidad reducida, y también tengo derecho a viajar sola.
Viajar
sola, implica viajar sin ayuda.
Si
en un buscador de hoteles pongo el filtro de
“accesible
para personas con movilidad reducida!”,
es
porque lo necesito.
Salen
por ejemplo 20 alojamientos posibles.
Como
ya llevo años de experiencia, primero llamo al lugar.
¿Es
accesible vuestro alojamiento? Pregunto.
La
primera respuesta es “sí por supuesto”.
A
veces añaden “tenemos ascensor”, por ejemplo.
Empiezo
a profundizar… ¿Y al ascensor se llega con facilidad?
“Bueno,
hay 3 escaloncitos antes….”.
¿¿¿¿Ein?????
Otro
ejemplo en la misma tanda de llamadas:
¿Es
accesible?
“Sí,
claro” ¿Seguro que puedo acceder? Insisto…
“Bueno,
supongo que viajas con alguien….,
es
que la puerta es del siglo XIX, está protegida,
y
necesitas ayuda para abrirla si vas en scooter….”
¿¿¿¿¿Ein?????
¿Se
da por supuesto que viajamos acompañadas?
¿no
se puede ser coja independiente?
La
puerta protegida, y a nosotras
¿Quién
nos protege de tanto despropósito?
Conclusión:
Encontrar
alojamiento accesible en este caso en el centro de Madrid,
es
peor que encontrar la famosa aguja del pajar.
Conclusión
2:
No
te fíes de los filtros de los meta buscadores,
ni
de lo que digan los alojamientos en su publicidad.
Antes
de viajar, llama y que las personas humanas respondan adecuadamente
a
una batería de preguntas previamente elaborada.
Y
si eres de improvisar, pues ya sabes lo que te puedes encontrar ;)
Enhorabuena llevas toda la razón y yo pregunto cuando se preocuparan en poner una rampa en una piscina en vez de escaleras ?
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