Nicho de mercado


Pues sí, resulta que también soy esa.
La María fuerte, risueña, independiente y segura
se desmorona envuelta en lágrimas cuando las alas le fallan.
Mis lágrimas responden más al miedo de cómo solucionar
que a la situación en sí misma.
Estoy segura de que si el mundo no estuviera del revés,
esto no sucedería.
Todo lo relacionado con la movilidad reducida supone un cruento negocio
del que se lucran sin pudor unos cuantos.
Si eres coja, todo está permitido.
Es como el rollo de las bodas,
donde el precio de lo más sencillo se dispara.
La diferencia es que casarte lo eliges
y ser coja pues como que no tanto.
Entre los precios y la poca vergüenza que atrae el sector,
el pánico a que falle algo está más que justificado.
Gracias al universo, que siempre se encuentra luz entre tanta oscuridad.
Mi mecánico del coche es honrado.
Sí, como lo lees, mecánico y honradísimo.
Así que él me ha sacado airosa y rápidamente del lío en el que me había metido.
No dejo de insistirle para que se especialice
en elementos necesarios para personas con movilidad reducida.
Hay un gran nicho de mercado.
Necesitamos gente honrada sin ganas de desplumarnos.
Que nuestras alas nos hacen mucha falta.
Y estamos hartas de que abusen de nuestra vulnerabilidad.

Comentarios

  1. Jamás podré entender a los buitres que acechan para lucrarse con las desventajas de los demás. Me alegra saber que has encontrado un mecánico majo.
    Un abrazo 😘🌹

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    Respuestas
    1. Pues haberlos haylos... como las meigas ;)
      Muchas gracias corazón! un abrazo enorme

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