que
provocan las alas rotas.
Este
sentimiento solo lo pueden compartir
aquellas
que dependen de “artefactos” externos para volar.
Que
tu libertad física esté sometida
a
aparatos eléctricos, electrónicos y mecánicos
es
una putada, sobretodo
cuando
cualquiera de estos falla.
Yo
hice doblete.
Ayer
se me rompió la grúa del coche.
Hoy
también el coche.
Una
detrás de otra.
Lágrimas
de desesperación e impotencia inundan mi garganta.
La
vulnerabilidad se hace presente,
y
jode, la verdad.
Casi
siempre vivo como si tantas limitaciones no existieran.
Quizás
la mejor forma de sobrevivir.
Pero
un día cualquiera,
mientras
graniza en verano,
la
grúa deja de funcionar.
Entonces
no te queda otra que volver a la realidad.
Somos
dependientes de todo aquello que nos hace libres.
Curiosa
paradoja.
El
tejido social no favorece la proliferación
de
profesionales honrados para estos casos.
Esta
es la siguiente parte de la tragedia.
Que
si te la cuento, suena más a cuento,
y
el alma se va calmando con cada letra,
con
cada tecla que acaricio
para
compartir desde lo más profundo.
Gracias
por estar y ser hoy
mi
paño de lágrimas desesperadas.
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Muchas gracias 😊
Por estar, por leerme y encima dedicar un ratito de tu vida más para compartir tu opinión y tu sentir.
Todo mi amor 💕