Se
nos llena la boca con la palabra “accesibilidad”.
Sin
embargo creo que no todas compartimos el mismo concepto.
En
mi opinión es accesible aquello que nos permite a ti y a mi
hacer
lo mismo de la misma manera que el resto.
Si
tengo que entrar por otra puerta,
no es accesible.
Si
necesito ayuda,
no es accesible.
Si
me tengo que situar en un espacio “reservado”,
no es accesible.
Si
no tengo autonomía,
no es accesible.
Que
haya rampa o elevador,
no implica necesariamente que sea accesible.
Hay
rampas asesinas.
La
mayoría de los elevadores no son manejables de forma autónoma.
Si
para entrar en un comercio o en un tren
tengo que esperar a que
coloquen una rampa,
ni
el comercio ni el tren son accesibles,
porque ya no puedo entrar
igual que tú.
¿Va
quedando un poquito más claro?
La
accesibilidad garantiza la dignidad.
Es
nuestro derecho y nuestra obligación exigirla.
Va
en beneficio de todas.
26 julio 2019
Parece mentira que aún estén así las cosas. Lo lamento infinito.
ResponderEliminarIncreíble pero muy muy cierto. Un abrazo!
EliminarYo creo que parte de la culpa es nuestra por dejarnos manipular ejp: yo si tengo que entrar por una puesta trasera o de servicio,NO ENTRO ¡!
ResponderEliminarEn América latina es terrorífico, en mi país Uruguay , menos mal que no hay montañas... Sino viviría aislada...me ayudan mis hijos.
ResponderEliminarMuy bueno María, excelente!!!
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