Días contados

Las nubes me poseen.

Se meten dentro

de mi cabeza,

mis articulaciones.

Me nublan el ser.

Me cansan

y me duelen.

Y a la vez me sirven para conectar

con mi alma abandonada.

La materia reina en estos tiempos

de cambio y gloria.

Los días a seiscientos metros del mar

están contados.

Los días de nómada con la casa a cuestas

se acaban.

Pronto viviré mi hogar.

Pronto encontraré, por fin,

mi ansiada estabilidad

cerca del mar.

En una semana y media

termina esta parte de la aventura.

Comienza el equilibrio y la paz.

Los alcornoques

serán mis confidentes.

Las higueras

el aroma de mi existir.

Ya no escucharé

el rugido del mar

al despertar.

No estará lejos.

Peregrinaré a sus olas

con facilidad.


Otra etapa.


Despido esta

emocionada.

Agradecida

por tanto que he recibido.

Por la sal curando

mis heridas

más profundas.

Días de duelo

y bienvenida.

Así es la vida.

Emocionante

e intensa.

Una vida

para vivirla.

Nubes,

nubecitas.

A llover tanto

como se necesita.

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