Oda a los cincuenta

Hoy empieza la cuenta atrás.

En unas horas 

los cincuenta

y uno.

Así dicho, 

con pausa

después del cincuenta.

Una barbaridad

dadas las circunstancias

habidas y por haber.


Retos

y aprendizajes.

Dolor

  y hastío.

De risas

y amor.


Los cincuenta

me han traído

por fin,

mi casa nueva

rodeada de alcornoques

e higueras.

Para colmo

cerca del mar,

¿Se puede

pedir más?



He sido amada,

querida

y muy bien tratada

por mi amor,

mis compañeros de vida,

familia

y amigos.


Me siento muy agradecida

por la gente tan maravillosa

que comparte este camino

a mi lado.

Algunos cerca lejos,

pero justo dentro

de mi alma.


Amo cada vez mejor.

Voy más allá.

Soy capaz

de mirarme al espejo.

Soy capaz

de cambiar

lo que no me hace bien.

Miro dentro,

muy dentro.

Me acompaña de nuevo,

a los cincuenta,

una terapeuta.

Me siento más plena.

Me amo más.


Hemos plantado

árboles frutales.

Crecen papas,

habas y guisantes

ahí fuera.

El fuego crepita

en la chimenea.


Gracias a la vida

que me da tanto.


Comentarios