La vida es como es

La vida es como es.

A veces nos pone ante situaciones muy difíciles

y nos creemos que no vamos a poder seguir.

Tenemos la opción de lamentarnos hasta el infinito,

entonando desafinado el “pobre de mí”.

Si después de los lamentos,

el corazón nos sigue palpitando con ganas de vivir

es el momento de ponerse manos a la obra.

Los peores tiempos de mi vida los pasé sola.

Vivía sola y me tenía que gestionar todo sola.

Mi salud apenas me permitía salir de la cama a rastras.

Además convivía con mi Luna de mi alma,

que tenía que salir 3 veces al día

a la calle a pasear.

Cuando miro hacia atrás no sé ni cómo lo conseguí.

Pero viví cada día,

comí cada día

y hoy sigo aquí.

Fui buscando maneras

para garantizar mi independencia.

Empecé a rodar con mis scooters.

Compré un coche nuevo al que le instalé una grúa

para poder subir la scooter al coche por mí misma

y volar.

Adapté el cuarto de baño.

Conseguí que los vecinos aceptaran motorizar

la puerta de acceso a mi bloque.

Y así mucho más.

Muchas batallas,

más desembolso económico.

Quería seguir conservando mi independencia

a pesar de estar cada vez más chuchurría.

Tanto me había costado conseguirla,

que no me iba a rendir tan fácil.

Hoy comparto mi vida con otro humano.

Pero sigo manteniendo mi libertad.

En su día no me quedé en el “no puedo”.

Avancé con todas las dificultades encima.

Pero avancé.

Y hoy me alegro.

Y hoy te lo cuento, porque igual te sirve de algo.

O igual no, igual solo

te entretengo un rato con mis letras.

Muchas gracias por seguir al otro lado.

Comentarios