No sé cómo habría sido


No sé cómo habría sido todo si desde que tengo poco más de 30 años
no hubiera sentido dolor y cansancio crónicos.
No tengo ni idea de si hubiera llegado al punto en el que estoy.
Así que solo puedo hablar de una vida en la que el dolor y la extenuación
conviven con todo lo demás.
Me pasó mi querida Nené un artículo cuyo título es “del dolor no se aprende nada”.
En mi experiencia, el resultado es el opuesto.
Por supuesto que para llegar donde he llegado
he tenido que transitar caminos locos, durísimos y de mucha resistencia.
Es cierto que no ha sido fácil, y que ni siquiera a veces lo es.
Pero también es verdad que en mi caso
todo esto sí me ha hecho crecer hacia un lugar de paz.
El dolor y el cansancio me ayudaron a conectar con la esencia,
para sobrevivir quizás.
Y desde este lugar, donde el cuerpo se convierte en mera herramienta,
jodida, pero herramienta,
soy capaz de apreciar mejor todo lo demás.
Puedo sanar mi alma mirando el mar o sintiendo la savia de un árbol anciano.
No sé cómo sería mi vida ni yo misma si todo hubiera sido diferente.
Sí sé que siendo como es, me siento satisfecha y en paz.
También infinitamente agradecida por esta oportunidad.

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