A diferencia de otros compañeros
yo nunca pude caminar
sin ayudas técnicas.
A los cinco meses me inocularon
el virus de la polio con la vacuna
y me jodieron lo de andar
para siempre.
Lo de andar y muchas cosas más.
Pero hoy me centro en el caminar.
Mis primeros pasos fueron posibles
gracias a una órtesis de plástico,
“el pato”, dicen que le llamaba.
Mi piernecita derecha era flácida,
con la fuerza de un trapito.
La izquierda a duras penas
se mantenía.
Mi niñez la pasé en hospitales,
rehabilitando
los pocos músculos intactos
que había respetado
el huracán del virus.
También me rajaron
alguna que otra vez.
Tratando de arreglar
lo que no tenía arreglo.
O quizás investigando
sobre el cuerpo humano.
Nunca lo sabremos.
Somos muchos los afectados
con rotos por todo el cuerpo.
No puedo evitar pensar
en nuestra misión
como “conejillos de indias”.
Viendo lo visto.
Viviendo lo vivido.
Cada vez tengo más claro
que muchos de los dramas humanos
están ocasionados
por la ambición y el vil metal.
Creo que sus pandemias y sus vacunas
forman parte del cruel juego.
En fin, que me pierdo.
Muchas veces he soñado
con caminar sin ayudas.
He soñado con bailar.
He soñado con correr descalza
por la orilla del mar.
Si tú que me lees
puedes hacer todo eso,
disfrútalo.
Igual que yo disfruto
de poder mirar el cielo.
Somos afortunados
por miles de cosas
a las que habitualmente
no damos importancia.
Sólo si nos faltan
les prestamos atención.
Hoy agradezco lo que tengo.
Lo que me quedó.
Lo que sigo pudiendo hacer.
Hoy agradezco a la vida.
Que me sigue dejando vivirla.
Camino, bailo y corro.
Vuelo.
Porque los sueños,
no me los pudieron robar.
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias 😊
Por estar, por leerme y encima dedicar un ratito de tu vida más para compartir tu opinión y tu sentir.
Todo mi amor 💕